jueves, 11 de febrero de 2010

Amerrika: maravillosa, conmovedora, divertida y esperanzadora


Simplemente magnífica, esperaba mucho de esta película y no me ha defraudado en absoluto. La historia de Muna y su hijo Fadi, palestinos que emigran a EEUU es conmovedora, divertida y esperanzadora a partes iguales. Cherien Dabis, directora de Amerrika, nos cuenta una sencilla historia, en la que un conflicto concreto acaba universalizándose, pues la historia de Muna y Fadi podría ocurrir en cualquier lugar del mundo. Madre e hijo huyen de las atrocidades que los israelíes hacen a los palestinos, sin embargo, en EEUU tendrán que enfrentarse a la ignorancia, los prejuicios y el racismo de la gente. Con la guerra de Irak de fondo, los americanos sólo ven en Muna y Fadi a dos árabes, a dos terroristas, a dos extranjeros. Sin embargo, y pese a las dificultades, ambos van haciéndose un hueco en su nueva vida con la ayuda de la hermana de Muna, su marido, y sus hijas, con los que viven. La película lanza finalmente un mensaje esperanzador, pues es cierto que a través del conocimiento del otro se pueden superar las diferencias y aprender de los demás. Destacaría dos momentos claves de la película. El primero cuando Muna, que en Palestina trabajaba en un banco y aquí tiene que contentarse con trabajar en una cadena de hamburguesas dice: "tengo dos licenciaturas y diez años de experiencia y en EEUU sólo me dejan hacer hamburguesas". El otro, cuando se entera de que el profesor de su hijo, con el que entabla amistad es judío, ambos aprenden cosas el uno del otro, y es esperanzador ver cómo se pueden superar los prejuicios.

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