viernes, 17 de julio de 2009

Metallica en el Palacio de Deportes de Madrid


Es innegable que Metallica es un grupazo y que sus directos son un espectáculo en toda regla, sus canciones suenan mucho mejor, con mucha más intensidad. Pero aún a riesgo de que sus fans se me echen encima he de decir que en su actuación del pasado 14 de julio en el Palacio de Deportes de Madrid no lo dieron todo, no estuvieron a la altura de lo que es exigible a un grupo de estas características. Lo que hicieron, lo hicieron muy bien, excepcionalmente bien, pero se echaron en falta algunas cosas. En primer lugar, menos canciones del último disco, y más clásicos, especialmente del disco negro, que para mi gusto es el mejor de la banda. Se ha elogiado mucho este último disco, algo que no entiendo, porque si es cierto que han recuperado fuerzas perdidas en discos como Load o Reload (que intentaron subirse al carro del grunge sin mucho éxito, aunque con algunas canciones memorables), no llega a la altura de clásicos anteriores. La banda además, estuvo poco tiempo en el escenario, cortó canciones míticas como One, y se les notó cierta dejadez e incluso en ocasiones tedio y cansancio. Entiendo que llevan ya tres fechas en España, y muchas más en todo el mundo, pero eso no justifica que nos dejaran con las ganas de más. Por lo demás, fue un espectáculo impresionante, con una escenografía increíble: fuego, cuatro ataúdes gigantes que portaban la iluminación, un escenario gigante y al final globos negros que caían del techo.
Especial mención merece el motivo momento que se vivió con Nothing else matters, que demuestra, eso sí, que nos encontramos ante una de las mejores bandas heavy de todos los tiempos.

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